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martes, 20 de noviembre de 2012

La Hiperinflación

En una economía hiperinflacionista, la inflación es un fenómeno tan general y un problema tan grande que domina totalmente la vida económica diaria. La población gasta grandes cantidades de recursos.

La economía europea experimentó un proceso hiperinflacionario en los años veinte en países como Austria, Alemania, Hungría, Polonia y Rusia, las causas y consecuencias de éste, es lo que se ha denominado hiperinflación tradicional. Lo mismo ocurrió en Iberoamérica en los años ochenta en países como Bolivia, Argentina, Brasil y Perú, pero a excepción de Bolivia, las causas y consecuencias en estos países tuvieron una naturaleza distinta a la tradicional.


Existe numerosos debates, teorías e ideas sobre las causas que provocan una alta inflación, después de la experiencia vivida en los países europeos, se establecieron teorías acerca de sus razones, causas y efectos y se aplicaron políticas económicas que resultaron ser muy efectivas aunque costosas; años después algunos países del tercer mundo se vieron en una situación similar de altos índices de inflación; sin embargo ni la teoría, ni las políticas anteriores eran del todo aplicables a este nuevo proceso inflacionario; porque si bien tenían algunos factores similares, se desarrollaron en un contexto totalmente diferente; Y si bien el paciente no era el mismo, no se le podía realizar la misma cirugía; razón por la cual, las políticas ortodoxas no fueron del todo exitosas. Una vez entendido esto se procedió a realizar diagnósticos alternativos del paciente cuyas condiciones y síntomas fueron analizadas por diferentes doctores quienes postularon diferentes teorías al respecto (heterodoxos) y formularon nuevas políticas que han tenido igualmente un costo significativo para estas economías.

Es así como diferentes médicos han evaluado a los países hiperinflacionarios de América Latina, paciente que debe ser evaluado cuidadosamente pues desde su infancia ha sufrido numerosas enfermedades. Para comprender el proceso hiperinflacionario en algunos países Latinoamericanos, se deben tener en cuenta numerosos elementos de su estructura, su comportamiento histórico, el comportamiento de los agentes e instituciones económicas , los individuos y la sociedad en conjunto: factores que influyen en las determinaciones de política económica y en el diagnostico y recomendaciones para sanearlos; esto demuestra que la inflación puede tener numerosos trasfondos: sociales, políticos, económicos o estructurales.

Desde esta perspectiva, sería interesante hacer un análisis de la cadena: Condiciones iniciales de los países Latinoamericanos (con alta inflación)® individuo® individuo racional y emocional® Sociedad® Estado ® Instituciones Multilaterales ® políticas económicas ® Respuesta de los individuos y la sociedad ® condiciones finales de los países; analizando igualmente lo que sucede al interior de esa cadena; Sin embargo este ensayo se limitara al análisis de las causas de las grandes hiperinflaciones vividas en América Latina, las políticas adoptadas y sus resultados; teniéndose en cuenta algunos de los factores anteriormente mencionados, además recoge las diferencias entre los fenómenos hiperinflacionarios tradicionales y los de la economía latinoamericana y plantea una discusión sobre el papel de la "credibilidad" como un factor / causa de este fenómeno y el juego de las expectativas en interacción con las políticas y los planes utilizados en América Latina.

Adoptar una posición en favor de los ortodoxos o heterodoxos, no es tarea fácil dada la racionalidad desde la cual cada uno realizo su análisis; El problema se constituye en el circulo vicioso de transiciones continuas en la aplicación de ambos postulados lo cual influyó directamente en la actitud de los individuos y la sociedad.

LOS TRADICIONALES:

El origen de la hiperinflación tradicional obedeció a factores externos, ésta se produjo tras la primera guerra mundial, sus economías presentaron altos déficit presupuestarios financiados mediante la creación de dinero. Para detener la hiperinflación se realizó un programa ortodoxo ó plan global de estabilización, el cual generó credibilidad en el publico y la certeza de que el Banco Central no financiaría el déficit presupuestario emitiendo dinero.

En los países europeos que presentaron hiperinflación, el ingreso solo cubría una pequeña fracción de los gastos totales y el colapso en los ingresos públicos coincidió con el aumento en la inflación. (caso del efecto Olivera Tanzi). En estos países, el fenómeno de la hiperinflación fue precedido por una excesivo nivel del impuesto a la inflación o señoreaje.

Uno de los componentes claves de los programas integrales de políticas ortodoxas que detuvieron la hiperinflación en las economías tradicionales fue el hecho de que adoptaran políticas de estabilización del tipo de cambio que restablecieran la convertibilidad de la moneda doméstica en términos del dólar o del oro y la reducción del déficit presupuestario. Esto hizo posible la erradicación de la hiperinflación pues lograron convencer al público sobre el papel del Banco Central independiente, que se comprometió legalmente a rechazar las demandas de créditos internos inseguros y a otorgar mas crédito interno al gobierno.

En general, las hiperinflaciones tradicionales tendieron a ser de mayor duración y mas extremadas que las de los países latinoamericanos y la característica mas importante respecto a estas, fue la fuerte credibilidad y aceptación en los programas establecidos en Europa durante este tiempo.

En este punto, podemos inferir que en aquella época era mas fácil adoptar un tipo de cambio como ancla pues "el mundo se regia por el patrón oro y en un ambiente en el que la deflación de precios no era común. La norma era una baja inflación" (Kiguel, Miguel A. Y Nissan, Liviatan), esto fue generando una "creencia convencional" que "indicaba que un compromiso de tipo de cambio fijo garantiza más disciplina fiscal y monetaria que otras variables" (Chris Canavan y Mariano Tommasi. 1997), esto dado que el publico percibe mucho mas fácil una devaluación o cualquier acción sobre el tipo de cambio.

Así, en las experiencias tradicionales lograron atacar ese punto álgido en el proceso hiperinflacionario y en general en todos los procesos económicos: lograr la credibilidad de los individuos. En este punto, se hace visible un elemento clave en la adopción de políticas económicas y se constituye en la forma en la cual éstas envían las señales de lo que pretenden y la forma en que los individuos la reciben (las expectativas), además el contexto y ambiente en el cual estas señales se transmiten.

A diferencia del caso tradicional, las señales que pretendían enviar las políticas económicas para disminuir la inflación en América Latina tenían un antecedente relevante y era el hecho de que eran países con una historia de inflación crónica y persistente en los cuales el publico supone frecuentemente que los planes antiinflacionarios son de corta vida, aun a pesar de las promesas del gobierno; entonces, esto deja entrever la necesidad que se tiene de que las políticas económicas pongan un acentuado interés en la transmisión de señales ya que como afirman Miguel A. Kiguel Y Nissan Liviatan refiriéndose a las hiperinflaciones tradicionales : " para detener la inflación no era necesario lograr el equilibrio presupuestario a largo plazo, aunque si lo era para dar señales inequívocas de que el Banco Central no volvería a emitir dinero para financiar el déficit" como lo muestra la experiencia de Austria en 1923. Es importante entender en este punto como en esos casos la señal que indica cambio de régimen (como señala Sargent, 1982) puede ser un factor igualmente clave cuando un gobierno pretende construir su credibilidad.

El CASO DE BOLIVIA

Bolivia tuvo un proceso hiperinflacionario que se ajusta en forma similar al proceso tradicional y representó la inflación mas alta de la historia latinoamericana y la séptima más grande del siglo veinte.

El origen de la hiperinflación Boliviana se debió a tres grandes causas: Primero: Durante el proceso de endeudamiento de los países iberoamericanos, Bolivia no estuvo ausente pues adquirió una gran deuda en los setenta y al subir los intereses en los mercados mundiales a principios de los ochenta, no pudo seguir pagando su deuda ni los intereses antiguos por medio de la solicitud de nuevos créditos; al estar insolvente para pagar la deuda, el intento de devolverla creó tensiones presupuestarias desencadenando elevadas tasas de creación de dinero; Segundo: los precios de las materias primas bajaron generando una disminución en la renta real y de los ingresos del estado y, en tercer lugar la gran inestabilidad política provocó una huida de capitales nacionales y extranjeros del país creando una espiral inflacionista que generó una depreciación de la moneda y una mayor brecha entre los gastos del estado y sus ingresos.

El shock en la disponibilidad de financiamiento externo llevó a que en 1982 significaran un -5.6% del PIB por lo cual se desencadenaron políticas de creación de dinero, situación que condujo a la economía al proceso hiperinflacionario. En este punto se refleja la clara similitud de Bolivia con la experiencia tradicional, pues en este país, el nivel de señoreaje efectivamente precedió a la hiperinflación, el cual se quintuplico a mas del 10% del PIB en el periodo 1983-85. La hiperinflación en Bolivia, fue erradicada por medio de la adopción de un programa de estabilización basado en el compromiso de mantener el tipo de cambio, la reducción del déficit presupuestario y la transmisión de credibilidad en el Banco Central; una característica particular en este punto, es que después, Bolivia financió sus déficits externamente sin recurrir al señoreaje y procuro mantener el equilibrio del presupuesto en relación a los ingresos en efectivo.

LOS NO TRADICIONALES.

Carlos A. Vegh, en su revisión analítica para detener la alta inflación, resaltó que:

"La alta inflación ha sido un problema recurrente en los países en desarrollo. Es usual que los programas de estabilización diseñados para frenarla tengan corta vida y que la inflación resurja con violencia. El fracaso reiterado de los programas de estabilización lleva a que el público sea escéptico sobre las posibilidades de éxito de cualquier nuevo intento. El objetivo de erradicar la inflación se vuelve cada vez más difícil de alcanzar a medida que los países se adaptan a una mayor inflación y cada programa fallido deteriora la credibilidad de las autoridades"

Las nuevas hiperinflaciones se presentaron en un contexto distinto y con características y consecuencias diferentes a las tradicionales. Existen varios aspectos diferenciadores entre el caso tradicional y el de las nuevas hiperinflaciones: primero que todo, a diferencia de los tradicionales, las economías de países como Perú, Brasil y Argentina eran economías que seguían una tradición de alta inflación, lo que se debió en gran parte a los elevados déficits presupuestarios y al incremento del gobierno y de las empresas del sector público; Sin embargo las altas tasas de inflación fueron controladas durante varios períodos mediante mecanismos creados por los gobiernos, manteniendo los ingresos del gobierno estables y enseñando a las personas a vivir con una alta inflación, situación que retardó el proceso hiperinflacionario e influyo en las expectativas y en el aspecto de la poca credibilidad que se tenía en los programas de estabilización del Estado.

El segundo factor diferenciador, fue el hecho de que en estas economías los niveles de señoreaje no fueran tan significativos como si lo fueron en el caso tradicional, en este caso, el señoreaje no se descontroló ni precedió a la hiperinflación (a excepción de Perú); fueron las devaluaciones acompañadas de dinero barato e indización salarial, la razón que provocó los incrementos en la inflación.

La incapacidad del Banco Central para contrarrestar los shocks y la mayor fragilidad en el sistema financiero se debió en estos países, a la gradual contracción de las tenencias de dinero en relación con el PIB, situación que se complicó al limitarles el acceso al financiamiento externo.

Inicialmente para el control de la inflación se establecieron programas heterodoxos caracterizados por políticas de ingresos basadas en precios y salarios, pero ante el continuo problema de las inflación, Argentina, Brasil y Perú pusieron en práctica importantes políticas de estabilización para detener la hiperinflación. En cada país los nuevos programas coincidieron con un nuevo gobierno; Menem en Argentina en 1989, Collor de Mello en Brasil y Fujimori en Perú en 1990; Los cuales buscaron romper con los anteriores programas heterodoxos, enfatizando en las políticas ortodoxas y limitando la política de ingresos, el objetivo que buscaban era el equilibrio presupuestal y el cambio en las expectativas de crecimiento a largo plazo, por lo cual incluyeron reformas estructurales dirigidas a la privatización de las empresas del sector publico y liberalización del comercio exterior para así, llegar a una estabilización continua de precios; sin embargo esta estabilización de precios no se logro tan exitosamente como en los casos tradicionales.

La aplicación de estos nuevos programas ortodoxos de estabilización, tuvieron resultados diferentes a los tradicionales, pues, aunque lograron disminuir la hiperinflación, ninguno de los países logró la estabilidad de los precios.

En su estudio Miguel A. Kiguel Y Nissan Liviatan, argumentan que la crisis de la deuda en los ochenta fue en orden de importancia, un factor secundario en el proceso de hiperinflación en estos países y que los mas importantes fueron los factores internos, sin embargo cabe cuestionarse la verdadera importancia de esta crisis, porque si bien los factores internos fueron de extrema incidencia, la crisis de la deuda fue generadora de desajustes internos al limitar el acceso al financiamiento externo en una situación en la que existía una debilidad del control fiscal y monetario que limitaba la disponibilidad de financiamiento interno en estos países, así pues se puede incluir la crisis como parte esencial de la cadena de causas y consecuencias de la hiperinflación latinoamericana.

América Latina, se puede considerar como un paciente con problemas en su nacimiento y en su proceso de crecimiento, afectado además por factores externos (su relación e interacción con el resto del mundo). La alta inflación por su parte, se constituyó como una enfermedad con la que aprendió a vivir generando mecanismos que la hacían alta pero tolerable, y sus raíces son tanto los problemas estructurales, como los elevados déficits presupuestarios y el crecimiento continuo de un sector publico ineficaz.

PERÚ:

La economía peruana tuvo dos hiperinflaciones, una en 1988 que duro solo un mes y otra en 1990 que duro solo dos meses. Perú, fue el caso de las nuevas hiperinflaciones mas similar al proceso tradicional, pues en el caso del señoreaje, su incremento fue el causante de la explosión de la hiperinflación. El comienzo de la hiperinflación estuvo vinculado a la excesiva creación de dinero que se llevó a cabo en 1985 y 1986, desencadenando el proceso de aumentos persistentes de los precios a partir de 1988 llegando a su tope en 1990.

El desarrollo de la hiperinflación tuvo una marcada influencia de las políticas populistas iniciadas por Alan García; En 1985 se inició un programa de estabilización basado en las políticas de ingresos que establecían un control de precios y salarios, además estableció un tipo de cambio fijo, el cual no fue suficiente para estabilizar los precios; El gobierno peruano financió la actividad económica mediante perdidas de las reservas internacionales y desarrolló políticas monetarias y fiscales expansionistas logrando evitar en el momento, el aumento en la inflación; sin embargo, al agotarse las reservas se generó un largo periodo hiperinflacionario.

Los periodos de inflación elevada pero estable, fueron acompañados de niveles crecientes de señoreaje; factor que explica el limitado control que el gobierno ejerció sobre la inflación.

El programa de estabilización aplicado en Perú en 1990, siguió las pautas del programa Boliviano; El gobierno se comprometió a mantener el equilibrio en el presupuesto y a restringir el crecimiento monetario. El equilibrio en el presupuesto, se dió por la disminución del gasto y por el aumento de los ingresos vía impuestos de emergencia, eliminación de excenciones impositivas y el aumento en los precios del sector público.

En 1990 se buscó romper con el régimen antiguo basado en el populismo y la gran intervención gubernamental por lo cual, además de unificar el mercado de divisas, trabajar en reformas laborales, de comercio y tributarias gobierno se esforzó en reinsertar la economía en los mercados financieros mundiales estableciendo nuevamente contactos con las organizaciones multilaterales y los bancos comerciales.

El proceso de desinflación en Perú, se vio afectado por el alto nivel de dolarización generado en el proceso hiperinflacionario, el cual no cambio de dirección durante el periodo de estabilización, lo cual condujo a que el proceso de detener la hiperinflación no ocasionara la expansión de la base monetaria real (M1), y a que ambas se redujeran a medida que entraban mas dólares en el sector financiero, creando un ambiente vulnerable a la reanudación de la inflación y a la convergencia en las expectativas.

En Brasil y Argentina se desarrolló el efecto Olivera-Tanzi en forma contraria, pues la inflación elevó el nivel de señoreaje en las hiperinflaciones de 1989. En estas economías que ya presentaban altas tasas de inflación, la inestabilidad y los aumentos persistentes de los precios se debieron a las políticas de freno y reactivación adoptadas las cuales crearon un proceso cíclico en el cual, se daban aumentos y luego disminuciones gracias a los intentos estabilizadores, creando un escenario ideal para la explosión de la hiperinflación, pues al cerrarse la brecha en los ciclos -alta inflación/ estabilización- se desencadeno el fenómeno hiperinflacionario.

LOS BRASILEROS:

La inflación brasilera se debió en mayor parte según los analistas, a la inercia, pues los precios aumentaban según la inflación pasada, independientemente de las presiones de la demanda o los choques en la oferta - punto conflictivo entre monetaristas y neoestructuralistas -; esto conllevo a que la poblacion generara mecanismos de defensa para poder lograr la sincronización de los reajustes de precios, salarios y tipos de cambio. Aparece el plan Cruzado, el cual se categorizó en lo que fueron los planes heterodoxos, este plan iniciado en 1985 se basó en el crecimiento económico como prioridad, la renegociación de la deuda externa (sin sacrificar el crecimiento económico y sin aceptar las condiciones del FMI), mejorar la distribución del ingreso por medio de la reorientación de los gastos públicos a programas sociales y solucionar el desequilibrio financiero del sector público dándole prioridad al aumento de ingresos y no a la reducción del gasto público.

Tras el agotamiento de este plan heterodoxo en 1990 apareció el plan Collor que fue el nuevo programa de estabilización, el cual poseía varios elementos para la erradicación de la hiperinflación adoptando una línea ortodoxa que buscaba aplicar nuevas reformas estructurales. La privatización de las empresas estatales, la liberalización del comercio y las reformas en el mercado laboral, fueron medidas adoptadas para reducir el papel del Estado en la economía; Por el lado fiscal se buscó eliminar el déficit y generar superávit en saldos primarios y operativos. En este programa, las políticas de ingreso perdieron importancia y su interés fue el de combatir las fuerzas inerciales de la tendencia inflacionaria. En el aspecto cambiario, este programa le dejo al tipo de cambio un papel pasivo, adaptándose a la tendencia de la inflación; sin embargo logró estabilizarse y el congelamiento de los activos conllevó a que se disminuyera la liquidez generando presiones recesivas que obligaron al gobierno a un cambio de políticas.

En Brasil la inflación no se eliminó, en marzo de 1990 ésta cayó un 81%, que en mayo represento el 9%, pero en diciembre subió al 19% y a continuado alta desde entonces. Existe una explicación (Rodríguez 1992), a esta situación que sostiene que, el superávit primario creado por este plan se desgasto rápidamente y no fue lo suficientemente alto como para pagar la deuda.

En 1991 apareció el plan Collor II de contenido heterodoxo, que buscaba afrontar el nuevo problema inflacionario, y por medio de un ajuste fiscal enfrentar el problema financiero y del sobreendeudamiento del Estado y los gobiernos locales; aquí podemos ver claramente como esta transición de un programa a otro, generó un problema de credibilidad afectando las expectativas de reducción inflacionaria y provocando desconfianza en el gobierno ante las nuevas expectativas de alto déficit fiscal; estructuralizando aún más la inflación por medio de la inercia.

LOS ARGENTINOS

En Argentina, la economía ya estaba en medio de una recesión cuando aparece el plan Austral (1985) que fue el primer programa de estabilización integral en muchos años, este plan se enmarcó en un contexto heterodoxo que combino políticas ortodoxas de reducción del déficit presupuestario y adopción de un tipo de cambio fijo y políticas heterodoxas de control de precios y salarios, este plan proveía una política monetaria restrictiva de no emitir para efectos fiscales y el aumento de la base monetaria solo se haría por medio del aumento en las reservas internacionales; en este punto es importante anotar como las teorías estructuralistas vieron la inflación como un problema inercial (al igual que en Brasil) que debían terminar con medidas que modificaran la estructura. El programa tuvo mucho éxito pues logro detener la inflación, la cual cayó de 30% en junio a 3.1% a agosto de 1985 en términos del IPC, sin embargo al año siguiente la inflación presentaba de nuevo altos índices y éxito de este plan se revirtió .

En 1989, buscando erradicar la hiperinflación, se aplicó el plan B&B que se basó en medidas ortodoxas utilizando el tipo de cambio como ancla nominal y busco también hacer un importante ajuste fiscal y reformas estructurales como las privatizaciones. Este plan buscó solucionar el problema permanente de la deuda interna promulgando la conversión forzosa de depósitos a plazo y deudas a corto plazo indizados en dólares.

Los aumentos de la inflación, condujeron a que el plan atravesara por tres etapas: la primera, fue la reprogramación forzosa de la deuda interna para controlar la oferta monetaria y reducir el déficit fiscal, en la segunda, el dinero adopto un papel de ancla nominal, sin embargo al no lograr el control de la inflación se realizó la tercera etapa en 1990, en la cual se profundizo el ajuste fiscal.

En 1991, dada una nueva aceleración de la inflación, salió el plan otoño o de convertibilidad, encabezado por el ministro Cavallo, en el cual se estableció la convertibilidad de la moneda a un cambio fijo e impuso limites a la cantidad de financiamiento que el Banco Central daría al sector público no financiero, por lo cual el Banco Central debe mantener las reservas suficientes para respaldar la base monetaria y solo el congreso aprobaría las devaluaciones. En éste plan la privatización de empresas estatales busco una disciplina fiscal rigurosa y estableció medidas para mejorar el cumplimiento de las obligaciones tributarias, lo que unido al tipo de cambio fijo, le permitieron salir exitoso.

Las reformas estructurales realizadas por las autoridades argentinas, permitieron después de un largo periodo, la convergencia hacia bajos niveles de inflación y una ves detenido el problema hiperinflacionario, el objetivo de medidas se ha dirigido a poner en orden los elementos fundamentales de la economía dejando de lado los controles de precios y salario para frenar la inflación.

CONCLUSIONES

"Uno de los obstáculos fundamentales con los que tropieza la lucha contra la inflación en América Latina, es la creencia de que se trata de un mal inevitable." Felipe Pazos

En este ensayo he intentado analizar las influencias de los diversos factores que influyen en los procesos hiperinflacionarios, dado que éste problema es un conjunto de fenómenos; tanto monetarios como estructurales y de comportamiento y racionalidad de los agentes económicos.

La inercia inflacionaria es un factor presente e importante en el fenómeno de la inflación en Latinoamérica, pues la costumbre a sus altos índices la ha hecho y la hizo perpetuar porque el proceso de alza en los costos y precios se acostumbro a hacer mediante la indización de los salarios, precios del sector publico y tasa de cambio, jugando un papel fundamental en las expectativas de los individuos.

Otro punto importante que sostengo, es que a diferencia de lo que dicen Miguel A. Kiguel y Liviatan Nissan en su estudio sobre la hiperinflación en América Latina, la crisis de la deuda no fue tan solo un factor secundario en el proceso, si no que representó una influencia fundamental para el desencadenamiento de la hiperinflación, pues como dice Jaime Ross (1988) en su estudio sobre la inflación "las sucesivas aceleraciones de las tasas de inflación en América Latina tras la crisis de la deuda a comienzos de los ochenta pueden ser vistas, dentro de ese enfoque (el enfoque neoestructuralista) como el resultado de la caída en los salarios reales impuesta por las devaluaciones de la tasa de cambio y el aumento de los ingresos del gobierno necesarios para pagar el servicio a la deuda externa"; con esta afirmación no pretendo tomar parte de estructuralistas o monetaristas; mas bien intento reconocer los diferentes factores que en conjunto argumentan para explicar el proceso de hiperinflación en América Latina.
Fuente: http://www.monografias.com

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