A partir de ahora las brujas serán obligadas a dedicar el 16% de sus ingresos a pagos de pensiones y del sistema de seguridad social, como cualquier otra profesión que esté reconocida a nivel estatal. El gobierno busca de este modo que estas personas aporten a la economía pagando impuestos por los ingresos que obtienen con sus actividades.
Las brujas se congregaron en la orilla del Danubio donde hicieron hechizos contra el Gobierno con perros muertos y lanzaron al río cocción de mandrágora envenenada, una planta que tiene una raíz que a menudo se parece a un ser humano y de la que se cree que tiene poder para hacer mal de ojo a una persona.
En Rumania la mayoría de los habitantes son ortodoxos cristianos, pero las supersticiones y la fe en los poderes ocultos son algo común. Según algunos rumores, el mismo presidente del país a veces va acompañado por el parapsicólogo Aliodor Manolea, y lleva ropa morada y amuletos en días clave para ahuyentar los malos espíritus.
Fuente: http://www.economias.com
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